Vale. Cometí una locura.
Josema (Yep, como le he llamado siempre en mi diario) comparte conmigo el gusto por las muñecas, y sobre todo, por las BJDs o muñecas de resina. Se contiene, por muchos motivos (a los chicos no deberían gustarles las muñecas, las BJDs son caras, no tenemos donde guardarlas, y mil cosas más), pero cuando salimos con la Cuchipandi muchas veces es él quien más las disfruta.
Así que esta Navidad me arriesgué. Como sé que le tiene loco la Shall (de DOD), y me sentía culpable por no haberla comprado en Hiroshima, y habernos llevado una E-An a cambio (que era la que me gustaba a mí), decidí comprarle al menos la cabeza, y puesto que Higashi estaba disponible, le pedí también la cabeza de Tender Shall, que no se puede comprar suelta (casi me salió más cara que comprando la muñeca entera, pero en fin…).
Aparte, en Octubre tuve la oportunidad de pillar en eBay una Aoi Tuki, una muñeca sobre la cual había hablado en Ryung-Soah Sue Lovejoy, de Australia, y que tiene la característica de tener un cuerpo mas bien regordete. Cuando se lo enseñé a Josema le gustó mucho, aunque había cosas que no le gustaban, y quizás si no hubiera salido en eBay, no la hubiera comprado, pero la ocasión la pintan calva, y la verdad es que no ha habido ninguna otra oportunidad, así que supongo que hice bien…
*Cuando supe que iba a llegar, me pegué dos días pendiente, porque Josema últimamente ha estado bastante tranquilo en el trabajo y estaba siempre en casa, pero al final tuve suerte (o relativamente) y la trajeron un sábado por la mañana cuando él aún estaba durmiendo. Así que baje corriendo y paré al cartero en el vestíbulo, y luego metí la caja en el portaequipajes del coche… La pobre muñeca se pegó una semana acompañándome al trabajo ya que no encontraba el momento de subirla a casa (incluso aproveché para verla dentro del coche).
Por supuesto, la tensión me ha tenido loca. Una parte de mí me decía que había cometido una locura. Que le regalaba a mi marido algo que me gustaba a mí, como la bola de bolos de Homer Simpson… Así que no sabía como se iba a tomar el regalo…
Finalmente, ayer por la tarde, Navidad, volvimos a casa. Sin Leo, que se había quedado a terminar una nave de Lego (y yo que me había dado tantas prisas en dejar los paquetes preparados bajo el árbol antes de salir, para darle la sorpresa…). En realidad, fue una buena idea de Josema, ya que como hay que arreglar la rueda pinchada de mi coche, me ofreció llevarme él al trabajo y luego irse por la mañana a arreglar la rueda… Diossss, solo de pensar en que no iba a perder una tarde arreglando la rueda, ¡¡¡¡ya me hizo la mujer más feliz del mundo!!!!, así que acepté.
Cuando llegamos a casa, estaba todo preparado para una Navidad infantil. “¿Qué hacemos?”, pregunté yo. “¿Abrimos los regalos o esperamos a Leo mañana?”. Tras un par de dudas, él dijo que quería abrir el suyo. No se lo esperaba, y de hecho, cuando vio cuáles eran sus paquetes (él pensaba que eran los más pequeños), se quedó completamente desconcertado. Pero nada más coger el paquete más pequeño, el que contenía las dos cabezas, notó al tacto las dos cajas cilíndricas y no necesitó más para imaginar que eran dos cabezas de muñecas, y que la caja grande contenía, al menos, el cuerpo. Eso le puso muy nervioso, y a mí, todavía más.
Pero la cosa salió bastante bien. Para empezar, se interesó muchísimo por la muñeca, hasta el punto que abandonó durante varias horas su plan inicial de instalar el sistema operativo de Mac que había sido su regalo en casa de mis padres. Aceptó las cabezas de Shall con mucha ilusión, aunque yo temía una mala respuesta, y aunque al principio la otra muñeca no le gustó nada, cuando le puso una cabeza de Shall en vez de la horrible cabeza original que tenía, la cosa empezó a cambiar.
Le cambió los pies, porque no le gustaban, pero acabó dejándole los originales. Se pegó un buen rato buscándole ropa, zapatos y peluca, y finalmente me pidió que maquillase la Shall (que venía sin maquillar) y dijo que se la llevaría el jueves para que el resto de la Cuchipandi diera su opinión*.
Aún no ha decidido del todo quedarse con ese cuerpo. Le he dicho que no sería difícil revenderlo (eso creo), pero por un lado le gusta, aunque por otro no… así que está en su fase Géminis… que creo que al final va a significar que se queda en casa…
Y desde luego, en ningún momento me hizo sentir que me había equivocado, o que le había hecho un regalo pensando en mí y no en él (lo cual no es cierto, ya que yo nunca me la habría comprado para mí, prefiero los chicos). Ni siquiera cuando al principio no le gustó.
Ahora sólo le falta un nombre, y quizás algo de blushing en la cara para que la resina de la cabeza pegue un poco más con el cuerpo, que es más amarillento. A mi ella me dice que se llama Emilia, pero esperaré a la decisión de Yep. Lo que sí es cierto es que ese cuerpo regordete queda muy bien con la carita redondeada de la Shall. Mejor que el cuerpo flacucho de DOD.
¡¡¡¡Y cómo me alegro de que le haya gustado!!!!
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