Martita…. Martita es como de la familia. Como un pariente un tanto indeseable que siempre da que hablar, pero que tienes que soportar porque no puedes deshacerte de él… Solo que no es un familiar…
Martita es la inspectora de Aduanas de la Aduana postal de Zaragoza.
No hay nada peor que saber el nombre de la gente, porque entonces personalizas, y de pronto, se convierte en alguien familiar.
El apellido de Marta lo tengo en algún sitio, en algún correo más o menos amistoso que me ha mandado, pero dado el número de veces que nuestros envíos han chocado con ella, al final la hemos rebautizado simplemente como Martita. Cariñosamente, por increíble que parezca. Porque al menos yo, soy consciente de que aunque odie profundamente que me retenga los paquetes de correos, la verdad es que solo cumple con su trabajo. Como dice Alba, tenemos la mala suerte de tener un funcionario eficiente…
Yo la he visto un par de veces, y en este momento soy completamente incapaz de describirla. Pero como el subconsciente es como es, esta noche he soñado con ella. Ni siquiera puedo asegurar que la chica de mi sueño fuera igual que la Martita original, pero en mi sueño, era ella. Como estoy esperando el paquete de DoD (que espero que no sea muy grande) y seguramente hoy recibiré, o bien el paquete, o bien la temible carta amarilla, hoy en mi sueño por algún motivo me encontraba con ella en persona, y le preguntaba por mi paquete, ya que en dos semanas me ha retenido dos. Ella me decía que ya estaban hechos los papeles y enviada la carta, porque también lo había retenido, y que además no se podía volver atrás, y yo ya me derrumbaba y me echaba a llorar, y le preguntaba que qué tenía ella contra mí, si yo siempre había dado pocos problemas, que no era justo que hubiera ciudades en las que no retuvieran absolutamente nada, y que entendía que me retuviera algunas cosas pero que todo ya me parecía manía persecutoria, y que no era por pagar, sino por el retraso en tres días, y le contaba con pelos y señales como se desarrollaba el retraso… En fin, un drama que a mi misma me parecía patético incluso aunque lo montase yo, aunque no podía evitarlo, pero que al parecer surtía efecto, se le ablandaba la cara y con una sonrisa me decía que fuera con ella y que haría lo que pudiese. Por supuesto, en ese agradable momento del sueño me desperté (mierda), y aunque no era hora de levantarse, y me volví a dormir, pues el resto de los sueños (en uno de los cuales me veía casada con un compañero de trabajo que la verdad, ni por el físico ni por el carácter, pero curiosamente en el sueño me decía a mi misma que parecía increíble que estuviera tan a gusto con él – puaj -, y en la puerta de enfrente vivía Teresa con sus dos críos…) no tenían tanta chicha.
Y un pequeño comentario medio relacionado, más que nada porque habla de BJDs… Hoy mi compañera de trabajo Arantxa ha sacado la cartera, y me ha parecido ver en ella una foto familiar así que le he dicho que me la enseñara y ¡sí! Tenía impresa (la cartera) dos fotos de Superdollfies, ¡qué gracioso! Ella por supuesto ni sabía lo que eran pero a mí me ha hecho una ilusión de lo más tontuna que diría nuestra amiga Elena…
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