Hace tiempo que quería abrir un apartado para describirme. Bueno, no, miento. Hace tiempo que se me ocurrió que tengo una serie de manías, de pequeños placeres y aversiones, que me recuerdan las descripciones que hacen de los personajes en la deliciosa película Amelie, y he querido desde abrir un post para que la gente escribiera los suyos, hasta, al final, decidir que si tuviera un blog, pondría los míos.
El caso es que ahora para la Aldea Inforol nos piden también que elijamos nuestra “Banda Sonora”, y claro, con la música ha de venir el “¿por qué la has elegido?”… así que esto ya da para una entrada más larga. Si además le añadimos que un día se me ocurrió una frase que definía mis gustos contradictorios, ya tenemos el texto servido.
Empezando:
En una frase: Demasiado pija para ser friki, demasiado maruja para ser pija, demasiado friki para ser maruja. Los que me conocen, creo, estarán de acuerdo, porque creo que realmente no soy ninguna de las tres cosas (como mucho friki, por mis gustos, pero no aparento ser friki para nada), pero tengo ramalazos de las tres especies.
Al estilo Amelie:
Me gusta:
- Poner un trozo de tela suave entre mis dedos y rozar la parte interna de los dedos con él (lo que desde niña he llamado “Tocar tela”). Es hipnótico y superrelajante.
- Chupar el chicle en el paladar como si fuera un chupete y comérmelos de dos en dos
- Mirar los mapas con las salidas de incendios en los lugares públicos y recorrer todos los recovecos de los mismos con la mente
- La nocilla y el colacao en cucharadas directamente del tarro y la leche condensada de tubo directamente en la boca, hasta que me llena las mejillas, y dejar que se vayan disolviendo lentamente en la boca antes de tragarlos.
- Los conejitos de peluche con larguísimas orejas y las cosas en miniatura en general
- Los hombres con flequillo rubio tapándoles un poco la cara
- Los trajes de novia en particular y todo relacionado con las bodas en general (romántica que es una)
No me gusta:
- Los hombres que se depilan las cejas (me ponen terriblemente nerviosa y no puedo dejar de mirarles a las cejas)
- Ese momento horrible, indescriptible, en que suena el despertador, abres los ojos y todavía es de noche, y te tienes que levantar irremediablemente para ir al trabajo
- La sensación de frío al salir de la ducha (en la que me he duchado con agua casi tan caliente que quema)
- Las llamadas de teléfono, particularmente las que son para “hablar por hablar”, y las de la gente que intenta venderte algo y confunde que seas educada con que pueden convencerte. También se incluyen las felicitaciones por teléfono (pasar el cumpleaños aguantando llamadas de la gente que llama “por bien quedar” y respondiendo al teléfono, eso si no te despiertan por la mañana o te j*d*n la siesta, no es precisamente mi idea de un “cumpleaños feliz”). ¡Qué gran invento, el SMS!
- Los atascos para ir al trabajo (yo quiero poder ir andando!!!)
- Los despertadores de repetición (esos que suenan cada 7 minutos si no les das a un botón complicado de encontrar, incluso los domingos) y las básculas parlantes (esas que te dicen hasta con retintín “Ha engordado Vd. 100 gramos”, inventos del demonio, seguro)
- La gente que apreta en los ascensores a la vez el botón de subir y el de bajar, y cuando se suben en un ascensor que va en dirección contraria a la que quieren ir, preguntan con aire gilipollas “¿Ah, pero es que subía?”
Y por fin, la BSO…
Cuando me dijeron de elegir un tema que me describiera, pensé “Que decisión más difícil!” Veamos, me gusta mucho la música. Todo tipo de música. Habría que llenar un disco entero y además en formato MP3, que caben más canciones, para poder poner una BSO a mi vida. Esto en realidad es como lo de ¿Qué tres cosas te llevarías a una isla desierta?, que en mi caso sería simplemente un helicóptero para poder ir y venir a la civilización todas las veces que quisiera. Pero se trataba de sólo un tema, y es curioso porque por más vueltas que le doy, sólo un tema me viene a la cabeza: El Canon de Pachelbel.
Y claro, ahora tengo que explicar porqué. Bueno, pues la principal razón es porque no se me ocurre otro tema. Hay mil temas que me gustan, pero ante la pregunta de cuál es mi BSO, la respuesta que me viene a la cabeza siempre es la misma. Si intento pensar en otro tema, simplemente no parece correcto. Y esa debería ser razón suficiente.
Pero por si no lo es, ahí van unas cuantas razones que se me ocurren, pero siempre al pensar en ellas DESPUÉS de haber elegido la canción, no antes:
- Porque es un tema clásico y antiguo, como yo, pero también han hecho versiones modernas y marchosas, como yo puedo comportarme si es necesario.
- Porque a simple vista es aburrido y repetitivo, pero si lo conoces mejor descubres una gran complejidad, que nunca repite del todo el mismo patrón y que puede ser triste o alegre según el momento. Mmmh, también como yo.
- Y porque durante mucho tiempo pensé que en Cosmos era el tema que acompañaba a ese gran corto que resumía la evolución de las especies en unos pocos segundos, y esa escena ha marcado mi vida…. Ahora al buscarlo en Youtube he descubierto que, como en tantas cosas, estaba equivocada... pero en fin... aquí lo dejo, aunque la música sea otra.
Nota a posteriori: Alba nos enseñó un video en Youtube que demuestra que el Canon de Pachelbel está en todas partes, es como una música “primigenia”. Así que con su permiso, añado ese video a la colección de razones por lo que sería mi BSO particular:
Acaba de venirme a la cabeza la Sinfonía del nuevo mundo… pero tendría que incluirla entera así que prefiero dejar el Canon que tiene todas esas propiedades en un solo tema….
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