Vaya mañanita he pasado hoy. Por algún motivo me he pasado la mañana soñando que era domingo, que me obligaban a hacer guardia en el hospital (tenía que estar allí hasta las 6 de la tarde) y que encima me endilgaban una nueva responsabilidad: la de determinar la comida de los enfermos habitación por habitación. Mi único consuelo, si es que era tal, era que la directora (de la que por cierto, sigo preguntándome que hace con su sueldo para que el otro día me dijera que si se iba de vacaciones no le llegaba para renovar el guardarropa que tras el embarazo se le había quedado pequeño) estaba también allí al pie del cañón. Por A o por B, no conseguía hablar con las plantas antes de la hora de comer, y a las 5 de la tarde sólo había conseguido determinar el menú de la habitación número 100 (que por cierto no existe en realidad en el hospital), así que cuando me desperté, pensando por cierto que encima aún no me había teñido ni depilado, labor que tenía que hacer este domingo por la mañana, estaba histérica pensando en que todos los enfermos del hospital iban a comer a las 6 de la tarde por mi culpa… ¡y las enfermeras tan tranquilas! Como era responsabilidad mía…
Y es que mi caballo de batalla sobre mi trabajo en el hospital es este… a ver, trabajamos en una institución que se dedica a salvaguardar la salud de los demás. Así que cuando surge un problema, primero hay que solucionarlo, y luego buscar responsables. Y tendemos a actuar al revés. Y claro, así pasa lo que pasa. Que el paciente quizás coma a su hora, pero la prueba se le hace cinco semanas más tarde por la cabezonada tonta de un médico que se lleva mal con otro, o porque un administrativo dice que sin el papel azul, la solicitud no se admite. Qué triste…
1 comentarios:
Demasiado bien conozco el tercal, mis padres ambos trabajan como ATS, mi madre ademas como es matrona, lleva planificación familiar en su centro de salud. Y lo tiene que hacer todo ella, porque el médico no es partidario de la "libre anticoncepción" y la mitad de las veces busca cualquier excusa para quitarse de en medio, porque tiene problemas morales.
Espero que alguno de sus hijas se vea un día con un embarazo no deseado. Hablaríamos entonces de dilemas morales.
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