Pues como servidora no puede abrir un blog, y hace tiempo que abandoné el diario a la antigua usanza, me queda cierto resquemorcillo, como que me falta algo… Ahora resulta que todos mis amigos tienen su blog. Y hasta mi marido se ha abierto uno. Y yo quiero contar cosas, desahogarme, y todo eso…
Hay muchas cosas que quedan ya escritas en mi constante comunicarme con gente a través de grupos, foros, etc… Otras las apunto a modo “telegrama” en mi agenda. Así que la verdad es que si muero de repente, sigo dejando tras de mi un amplio registro de toda mi vida que seguramente mis herederos destruirán sin atreverse a leerlo (y se perderán divertidas “perlas” enterradas entre mucha basura, pero tampoco puedo pedirles que se lean 35 tomos de diario manuscrito con mi maravillosa caligrafía de médico chapucero).
Pero es igual, aún así, hay días que me apetece escribir cosas. Y aunque pocos, hay ratos muertos en el trabajo. Así que ¿por qué no escribirlos en el ordenador? Me da menos pereza y encima el word me corrige automáticamente las faltas. ¿Qué más se puede pedir?
Siempre puedo mandárselo por correo electrónico a mi medio naranjo y que me construya una página de blog en su portátil.
Así que voy a decirlo, que me hace ilusión
¡Queda oficialmente inaugurado este blog!
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