miércoles, 11 de noviembre de 2009

LA REPÚBLICA INDEPENDIENTE DE IKEA

Hay cosas en esta vida que no dejan de sorprenderme y una de ellas es la omnipresencia de Ikea en nuestras vidas. Recuerdo los tiempos en que todavía no había una tienda de esta empresa Sueca en Zaragoza, había gente que hacía de propio excursiones a Madrid a visitar las que allí había. Y cuando por fin abrieron el Ikea de Zaragoza, en el recién inaugurado Puerto Venecia, aquello fue un acontecimiento.

Yo debo confesar que no lo he pisado más que dos veces en mi vida. También es cierto que a estas alturas, no tengo una casa que amueblar, así que no he necesitado preocuparme por muebles baratos. La primera fue al poco de la inauguración, fui a pasar el día con mis padres (Josema no estaba), comimos allí (comida extraordinariamente barata y no mala del todo) y, sí, al final, no salí de vacío: un larguísimo dragón de trapo que creo que debe tener media España, un par de utensilios de cocina y un muñeco de madera para dibujar del que se encaprichó Leo se vinieron con nosotros. Y aproveché para hacerme la tarjeta Ikea Family, que nunca está de más estar informada.

Desde entonces, no me había vuelto a preocupar. Sí, recibía el catálogo y lo ojeaba, y a veces hasta tomaba nota mental de cosas que podrían ir bien aquí o allá... Pero como digo, teniendo la casa amueblada desde 1997, y además en estilos que tiene poco o nada que ver con lo que Ikea me ofrecía, nunca sentí la necesidad de volver a pisarlo.

La cosa cambió cuando la semana pasada recibo un pequeño catálogo con motivo del aniversario de una de sus estanterías más populares (básicamente la estantería estandar que todos tenemos en casa, porque las dos que tengo en el estudio son hechas a medida y son IDÉNTICAS). En dicho catálogo ofrecen una versión limitada de dicha estantería con un divertido dibujo, que me parece original y que además me pega con las estanterías simplemente negras del estudio. Y como llevamos dos o tres años dándole vueltas a qué mueble poner en el estudio para resolver el problema de almacenaje, se las enseño a Josema y por una vez nos ponemos de acuerdo y nos gustan a los dos.

Y la cosa no pasaría de ser una anécdota si no fuera porque cada vez que comento entre amigos de los más distintos ámbitos que me han gustado esas estanterías y que me las voy a comprar (de hecho, me las he comprado, en esa segunda visita que he nombrado, y por la que le debo otra, grandísima, a mi padre, que vino en el último momento, a las 9 de la noche, a ayudarnos a llevarlas a casa porque no nos cabían en el coche), no necesito dar más explicaciones. A mi comentario de “¿Has visto las nuevas estanterías de Ikea?”, la respuesta generalizada, instantánea, es “¡Son preciosas!” “¡Yo también las quiero!” “¡Qué pasada, ¿verdad?!”.

Y me asusto al pensar que las estanterías Billy Jadder limitadas especiales 30 aniversario de Ikea son tan de dominio público (o quizás más) como el último cotilleo de las revistas del corazón, la última película exitazo de taquilla o el último acontecimiento internacional difundido por TV. Incluso más.

Y me doy cuenta de que la República Independiente de Tu Casa (fantástico slogan, por cierto, igual de fantástico que aquella campaña publicitaria en boca de todos del “Eso no se toca”), promovida por cierto por una empresa de un país monárquico en otro país monárquico, no deja de ser el Imperio Absolutista de Ikea. Dominando todos los hogares.

Que no digo que sea ni bueno ni malo, que conste. Solo curioso.

2 comentarios:

Nicasia dijo...

De todos modos Ikea no es la única tienda de muebles baratos de España (te lo dice alguien que tiene compradas sus estanterías en dicha tienda) Pero por ejemplo nuestro sofá es de otro almacén y es mas barato y cómodo que todos lo que que probé en la tienda sueca. Por cierto JAMAS compres una cama (o colchón) en Ikea son la muerte

Sonia dijo...

No, si tiendas baratas hay mil. Pero es que Ikea es como una institución... y si no has ido al menos una vez en tu vida eres un bicho raro.

Yo ya no puedo decir que no me haya comprado un mueble allí. Ya pertenezco a la masa. No sé que pensar al respecto, casi me da un poco de miedo...

 
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