lunes, 1 de junio de 2009

¡AY, MI PESCADITO!

Tengo cierta debilidad por los hombres azules. Dicho así de golpe y porrazo suena muy raro, pero la verdad es que si me paro pensar en mi lista de tíos buenos del mundillo de la ficción friki, y exceptuando a los pobres pitufos (cuyo sex appeal es nulo) parece que si había algo azul, tenía que gustarme por fuerza.

Así, cuando a mis 15 años estrenaron en la TV la serie Ulises 31, yo bebía los vientos por Numaios (aunque me daba mucha vergüenza reconocer que, a mis 15 años, cuando a todas les gustaba River Phoenix, a mi me gustase un dibujo animado...). Después, cuando intentaron engancharme a ese culebrón de tíos en mallas llamado La Patrulla X y todos sus sucedáneos, aparte del efímero Longshot (con su aspecto típicamente típico de estrella del pop de los 80, ¿qué podíais esperar?), el personaje que más me impactó fue el azulado Rondador Nocturno, pícaro y galante. Incluso en los Watchmen me resultaba irresistible el Dr. Manhattan y su capacidad para desdoblarse en varias formas corpóreas (lo que se podría hacer con esa hablidad no se puede expresar en un blog para todos los públicos...).

Así que con una de mis series favoritas, Hellboy, no podía ser menos.

Tengo debilidad por Abe Sapiens.

Lo gracioso del tema es que no me gustan porque sean azules. Numaios me gustaba porque era guapo. Punto. Era como un elfo azul, con enormes ojos gatunos rasgados, rostro andrógino y delicadas orejas puntiagudas. Una monada. De Rondador me gustaba su personalidad, ya que guapo, guapo, no era... Pero era educado, adorable, encantador, y con un sentido del humor que me atraía mucho. Del Dr. Manhattan..., bueno, ya lo he dicho.

Y con Abraham Sapiens me pasa algo parecido que con Rondador. Abe es un ser anfibio, yo le llamo “mi pescaíto”, pero verle, sobre todo en las películas de Guillermo del Toro, con esa delicadeza con que se mueve (genial Doug Jones), con esas respuestas agudas e inteligentísimas a las pullas de Hellboy, o esa ternura con la que se enamora de la princesa Nuala en la segunda parte de la película, te engancha un poquito el alma, y te encariñas de él, y al final, tras dos horas esperando en la cola de autógrafos de Mike Mignola en el Salón del Comic de Barcelona, y tras pelearte con los impresentables del stand de Norma editorial porque quieres que te haga el dibujo en tu álbum de autógrafos y no en una mierda de cómic donde no cabe nada, le dices al artista con cierta timidez: Can he be Abe Sapiens?

Y tienes un dibujo original de Abe Sapiens, y eres más feliz que un ocho (y encima luego Mignola se queda con tu cara y te saluda cuando lo ves sentado en un banco de la plaza de España, toma castaña!!!).

Que sí, que esta entrada era para fardar de mi autógrafo, ¿qué os creíais si no?

3 comentarios:

Nicasia dijo...

Si, si todo lo que tu quieras fardona. Pero escanea el dibujo de una vez!!!

Sonia dijo...

Puesto y con foto mía con el artista, de propina. Asi que no me llores más ;P

Nicasia dijo...

La envidia me corroe...que lo sepas.

 
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