jueves, 14 de mayo de 2009

SARNA CON GUSTO NO PICA


Hace unos meses me metí en uno de esos embolaos en los que no debería haberme metido. Mi sobrina Patricia se casa el próximo Junio, y le ofrecí (a su madre, para que ella no se enterase) a hacerle una de esas películas/pase de diapositivas con recuerdos de la infancia y tal para que todos soltásemos una lagrimilla. El caso es que como siempre se me ha echado el tiempo encima, y ahora estoy casi histérica porque tengo la sensación de que no lo voy a acabar a tiempo y, si lo acabo, no va a estar a la altura de lo que me gustaría hacerle (o de lo que ella se merece al menos)...

De hecho, no tengo ni siquiera claro lo que le voy a hacer. He empezado a esbozar una presentación en Powerpoint, con fotografías y algún que otro montaje para echarnos unas risas, luego quiero transformarlo en una película y montarlo con un programa de montaje de video, con música, efectos y esas cosas. En dos tardes que le he dedicado la verdad es que lo llevo bastante avanzado, pero me atasco más con la fase creativa (el ¿Qué demonios pongo aquí para que quede bien?) que con el trabajo en sí.

Quiero pensar que al final, como en el decálogo de las fases de un proyecto*, llegaré a la fase 9 y saldrá algo que encima, quedará bonito y todo, pero ahora mismo estoy en la fase 6, y no sé muy bien por dónde cogerlo...

Y la pregunta tonta es, ¿por qué me meto en estos embolaos, si siempre me pasa lo mismo? Siempre me meto a hacer manualidades extracomplicadas para el frikinvisible de la aldea, me vuelco en maquetar una versión personalizada una revista para la despedida de soltera de mi prima, o preparo un montaje de video de la obra del teatro de Oxford y se lo mando a todos los amigos de aquella época de los que aún conservo la dirección... Consumo una gran parte de mi tiempo haciendo algo que no niego que me guste, pero me trae de los nervios porque siempre creo que lo haré mal y a destiempo...

Supongo que es porque al final, quede como quede, la gente lo agradece. No voy a decir que manden un jamón o algo por el estilo (aunque no estaría mal, debería dejarlo caer la próxima vez)... es simplemente que ves sus caras cuando abren el regalo o miran la presentación, y sabes que has hecho algo bueno, algo que van a recordar, algo que les reafirma en que has perdido unas horas de tu tiempo porque les quieres...

Y ¿sabeis? Eso recompensa lo suyo. Vale la pena, y hace mi vida un poco mejor.

Aunque ahora lleve tres días casi desesperada porque creo que no voy a llegar a tiempo (o tenga ganas de asesinar a Bill Gates porque el Powerpoint se me cuelga sin saber por qué) ...

*Decálogo general de las fases de un proyecto:
1. Optimismo general
2. Fase de desorientación
3. Desconcierto general
4. Periodo de cachondeo incontrolado
5. Búsqueda implacable de culpables
6. Sálvese el que pueda
7. Castigo ejemplar a los inocentes
8. Recuperación del optimismo perdido
9. Terminación inexplicable del proyecto
10. Condecoraciones y premios a los no participantes

2 comentarios:

Nicasia dijo...

Dios ese decalogo va a presidir mi mesa de ordenador desde YA

Sonia dijo...

Jajaja, ese decálogo presidía el despacho de mi profesora de biología cuando empece la carrera (hace ya más de 20 años!) y me parece de lo más genial que ha parido mente humana.

Por cierto, que sepais que ya llegué a la fase 9 y espero ansiosa el sábado para llegar a la fase 10. Igual lo subo a youtube y os lo pongo aquí, sólo por fardar... XD

 
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