lunes, 30 de marzo de 2009

TURISMO EN MINIATURA

En el que creo que fue nuestro primer viaje al extranjero, la visita en 1978 a Portugal, mis padres me llevaron a ver en Coimbra un pequeño parque infantil llamado el Portugal Dos Pequeñitos, un recinto lleno de reproducciones a tamaño infantil de los principales monumentos del país. Tenía el encanto de que, agachándote (yo por aquel entonces tenía 10 años y ya estaba casi tan alta como mi madre), podías entrar en la mayoría de ellos, y el interior también estaba reproducido a escala.

Luego, al año siguiente, visitamos Italia, y en la poco visitada (por los españoles) localidad de Rimini, descubrimos otro parque, Italia en Miniatura. En este caso los monumentos estaban reproducidos a una escala mucho más pequeña, como maquetas, pero no por ello era menos adorable.

La idea empezaba a gustarnos, y en los Países Bajos visitamos Madurodam, que repetía el concepto de Rimini, y en Dinamarca, el Legoland original, en el que a las maquetas se les añadía el atractivo de estar hechas con piezas de Lego.

Muchas veces comentamos que en España se podría hacer un parque similar, con los maravillosos monumentos que pueblan nuestro territorio, y aunque en Barcelona está el Pueblo Español (y en Palma de Mallorca hay otro), la idea de estos era diferente, ya que aquí los monumentos estaban a tamaño natural, o al menos a tamaño humano, y estos parques que nosotros conocimos entre finales de los 70, principios de los 80, eran todos de miniaturas.

La idea tardó mucho, muchísimo en llegar a España, pero al final cuajó. En 2005 se inauguraba en Sabiñánigo el parque Pirenarium que, al estilo español, se centraba solo en nuestro querido Pirineo (zona geográfica de la que estoy terriblemente enamorada). Como pasa con el ingenioso Dinópolis, se trata de un lugar poco conocido fuera de Aragón y poco promocionado por nuestro maravilloso gobierno, pero al menos, está ahí. En todas partes cuecen habas, de todos modos. Me consta que hay otro parque similar en Olmedo, el Parque Mudejar, inaugurado en 1.999, y puede que haya otros que desconozco (de este me enteré por unas fotos que vi de una chica que se había llevado allí a una muñeca para hacerla posar, no digo más...). Vale, no es que los que he nombrado antes sean mucho más famosos, pero me sorprende (¿o no?) que en este nuestro maravilloso país, en el que en el colegio no aprendemos ya más que la geografía y la historia exclusiva de la Comunidad Autónoma (convertida en entidad Histórica independiente con 3000 años de antigüedad, y española sólo por casualidad, como nos descuidemos) ni siquiera publicitemos nuestras atracciones turísticas para que las vean nuestros compatriotas.

Y todo a santo de que este sábado mi madre decidió celebrar su cumpleaños en el Pirenarium, así que allí que nos fuimos el sábado por la mañana, a visitar un parque que Leo ya había visto con el cole pero que para mí era una asignatura pendiente. Me sorprendió descubrir montones de monumentos y castillos de cuya existencia no sabía nada, me reafirmé en la belleza de lugares como Loarre o San Juan de la Peña y eché de menos reproducciones de mis dos rincones favoritos del Pirineo, Torla y Bujaruelo, pero en general fue una visita interesante y que recomiendo.

Aunque nada como el Pirineo original, esa hermosa cordillera donde, según la leyenda, Dios dejó todas las piedras que le sobraron de hacer el mundo, y que no se parece a ninguna otra cordillera del mundo. Ojalá sus maravillas fueran más accesibles, porque cada vez cierran más accesos a los vehículos privados sin dar otra alternativa que el senderismo o incluso la escalada, limitando la mayoría de los lugares a unos pocos, y atestando los demás porque son los únicos a los que la gente de a pié, los que perdemos el aliento subiendo una cuesta, podemos subir. Echo de menos trenecitos y funiculares como tienen en el lado francés, que permitan acceder a los hermosos valles, ibones y glaciares, a los niños, ancianos y personas, en general, normales... porque para perder el aliento, basta muchas veces con mirar abajo.

Photobucket

El turismo, han demostrado en estos sitios, no está reñido con la ecología. ¿Cuándo lo aprenderá la gente de nuestra región?

2 comentarios:

Nicasia dijo...

Estoy deseando ver el pirineo. Jamas he visto la nieve, la próxima vez que vaya a Zaragoza tengo que ir. O lloraré

Han Solo dijo...

lo malo sera pasear, por ahi
problemas de espacio

 
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