sábado, 31 de enero de 2009

RECORRIENDO LA GALAXIA

La segunda meta del viaje la hemos cumplido esta tarde. Se trataba de asistir a la Exposición sobre StarWars que lleva abierta en Madrid desde el pasado 15 de Noviembre.

Creo que ya he dicho varias veces que somos muy frikis de StarWars, tanto que en realidad me estoy planteando crear una etiqueta propia para las entradas sobre esta saga. Soy de esos “vejestorios trentañeros” (en mi caso cuarentañeros, pero en fin...) que vimos la película original en el cine, y desde entonces cada vez que oigo la fanfarria inicial, no puedo evitarlo: se me ponen los pelos como escarpias.


Por suerte para mí, Leo ha heredado esa pasión por la Saga, aunque como él ha crecido con las precuelas, para mi dolor conoce mejor esa parte de la serie, la parte que yo todavía no he conseguido asumir del todo, porque si en la Trilogía original, los efectos especiales estaban al servicio de la historia, en las precuelas parece todo lo contrario, y yo tuve que leerme el resumen de “El Ataque de los Clones” en la exposición para enterarme del (inexistente) argumento de esa película.

Pero la exposición valió la pena. Que quereis que os diga, ver los dibujos originales, a lápiz, de Ralph McQuarry me puso a cien, fue una sensación casi erótica... Esos dibujos que yo atesoro en un libro o en portafolios estaban ahí, se veía el brillo metálico de los trazos a lápiz y el relieve dónde habían apretado en el papel... Había maquetas de edificios en los que a mí me gustaría vivir... y los vestidos de Amidala... lo único que realmente he disfrutado de la segunda trilogía, estaban también, al natural, con toda su profusión de telas y piedras preciosas...

Nos salió bien la jugada, o medianamente bien, porque previendo un aluvión de gente en las horas punta, subimos a comer a un McDonalds cercano al lugar de la exposición y a las 14,30 estábamos sacando las entradas. Por desgracia, para la actividad paralela de la Academia Jedi no nos daban pase hasta las 7 de la tarde, así que ya nos hicimos a la idea de que tendríamos que ver la exposición con MUCHA calma.

Gracias al horario estuvimos bastante anchos durante la mayor parte del tiempo. Había gente, por supuesto, pero no demasiada. Y de hecho, fueron lo mejor de la exposición. Aunque Josema fotografió creo que absolutamente TODO lo que allí se exponía (bendito sea el que tuvo la idea de permitir que se hicieran fotos, algo totalmente atípico en este tipo de exposiciones), a mí hubo veces que me hubiera gustado llevar una grabadora de sonido. Hubo comentarios sencillamente gloriosos, y debo decir que me pareció tan sumamente extraño que hubiera adultos que hubiesen ido a esa exposición sin conocer el universo StarWars, que me asusté de mi misma... ¿Tan imbuida estoy en este mundillo que creo que todo el mundo debe saber quién es quién?

No lo sé, pero son dignos de contar casos como el de ese señor que, frente al bikini más famoso de la historia de la Ciencia Ficción (más incluso que el de Barbarella), el bikini de la Princesa Leia en “El Retorno del Jedi” (que por cierto, al natural es bastante cutre) intentaba explicarle a su esposa “mira, a ella la capturan y...” – de pronto mira el disfraz de Boushh, el traje que Leia lleva cuando la capturan en el palacio de Jabba – “no, espera, primero entra con ese traje y....”, vuelve a mirar al bikini, “no, primero lleva este y.... no... espera....”

Le costó varios momentos de indecisión recordar el orden concreto de los trajes en la película, y yo no sabía si intervenir o sólo escuchar, era a la vez hilarante y enternecedor...

O esa chica que al ver a la banda que toca en la Cantina de Mos Eisley exclama “¡Mira, como los de Mars Attacks”. O mi propio hijo enseñándole orgulloso a su padre los bustos de Klatoo, Barada y Nikto (“Mira, papá, estos te van a sonar”, ya que a Josema le gusta mucho la versión original de “Ultimátum a la Tierra”).














O ese joven que, en ingles, le cuela a su hijita que los botones en el sillón del Emperador Palpatine son los mandos de la tele. O el hombre de mi edad que viendo una maqueta de un caza, supuestamente la “oficial”, la usada en la película, protesta diciendo “Yo tengo una que monté yo mismo y está mil veces mejor hecha que esta” (modestia aparte...)

La verdad es que todos esos comentarios me sacaron, al menos, una sonrisa... y hasta salimos haciendo chistes, como descubrir que la fauna de Hoth es la más musical (se compone, según la exposición, del a-WAMPA-baluba-balam-bam-bu y el chiquiti-TAUN TAUN taun), o los grados de aprendiz de jedi, que hicieron sonreir a un Leo que salió de la Academia Jedi un tanto defraudado porque pese a sus intentos, no había sido elegido para salir al escenario. Le dijimos que eso era porque él ya estaba por encima del nivel de pada-wan. Ahora era por lo menos pada-two, y estaba de camino al nivel pada-three... O cuando descubrimos que cuando Boba Fett le dice a Darth Vader "Como desees", en realidad le está diciendo "Te amo..." (o si no, fijaros en la pose de reinona que tiene el maniquí, ¿eh, eh, eh?)

Y es que como dice un amigo nuestro... si no te ríes de lo que te gusta, ¿de qué te vas a reír?

Salimos de la exposición a las 5 de la tarde, tras cruzarnos con dos grupos de gente disfrazada (con una chica que luego salió en el espectáculo, Leo cruzó espadas láser y todo. Otro, muy parecido a Anakin excepto en la estatura, nos echó una mirada que nos hizo retroceder a Leo y a mí), y huyendo de la gente que a esas horas ya empezaba a entrar en tromba. Curiosamente, no nos tentó nada de la tienda, y es que casi todo lo que vendían eran cosas que se podían conseguir en cualquier tienda más o menos friki, ni siquiera un triste catálogo de la exposición. A la salida la fila era impresionante, y nos volvimos a alegrar de haber entrado tan pronto.

La pena fue que nos quedaron dos horas tontas, entre las 5 y las 7, hasta el espectáculo de la Academia Jedi. En realidad, una y media, porque a las 6,30 ya nos dejaron entrar al recinto, y Leo enseguida hizo migas con los otros niños que esperaban, pero ese rato a Josema, que quería recorrerse las tiendas frikis de Madrid, le dolió en el alma. Porque para cuando salimos, ya no nos dio tiempo prácticamente a nada. De hecho, intentamos ir por el centro de Madrid, pero no había ni parkings libres ni casi manera de desenvolverse en el tráfico, así que nos hemos venido al hotel a cenar en la habitación y descansar un poco, y mira, así voy ganando tiempo escribiendo esto, aunque no tenga conexión WiFi ni nada de eso....

3 comentarios:

Han Solo dijo...

Os dije que os gustaría. ARdo en deseos de ver esas fotos y si puede ser una de Leo dando espadazos a Vader
Porcierto, te he hecho caso y he puesto tres historias de las mias en mi blog

Han Solo dijo...

Por cierto,m mas chistes de los mios, sobre Star Wars:
REbautizamientos:
1 Darth Vader, como Darth Vater, porque recibe toda la mierda del lado oscuro
2 Hoth, como Hothu, porque, Hothu que frío hace ahi, shiquillo

Han Solo dijo...

ah y Coruscant, como Croasant, porque lo dice mi papi(ver entrada sobre la exposicion de Star Wars, en mi blog Hadas en Vuelo)

 
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