viernes, 9 de enero de 2009

CACERÍA DE BICHOS

Vaya nochecita he pasado. Esta noche el sueño no ha podido ser más peliculero. Medio Hollywood en una pesadilla.

El comienzo en realidad era más bien psicodélico. Todo empezaba con este blog, en el que escribía una entrada sobre “por qué quiero estar delgada” y comentaba escenas de “Alien” en las que primaba la importancia de ponerse un traje de vacío (en el que yo, con mi talla, seguramente no me podría meter). Tras elementos que no recuerdo bien sobre una casa con ventanales tipo caravana que había que tener cerrados o entornados, yo estaba en un tren y tenía un hijo adolescente, al que pillaba con unos amigos que estaban tomando droga. Me ponía firme con ellos, y les decía que ellos que se matasen como quisieran, pero que ni se les ocurriera meter a mi hijo en ello, y al más chulito de ellos lo echaba del compartimento. Luego me iba al baño. De una forma u otra, en mi organismo había entrado la droga también, y yo lo sabía, por eso no me sorprendía cuando empezaba a notar los efectos. Por cierto, hacía tiempo que yo no era yo. En mi reflejo en el espejo había una mujer rubia, delgada, elegantemente vestida con blusa blanca y minifalda marrón.

La parte de los lavabos del baño estaba empapelada con dibujos de tipo rococó, y de pronto yo veía como los dibujos empezaban a meterse por mi piel, hasta que sólo veía mis ojos en el espejo. Aquello tenía tintes de pesadilla, pero como una espectadora, yo sabía que era debido a la droga, así que decidía esconderme en la cabina del wc, que no tenía empapelado, hasta que se me pasara el efecto. Al poco rato, decidía salir, me quitaba la minifalda, me vestía con pantalones, y de nuevo no era yo. Era Ellen Ripley.

El tren había parado en una estación, y estaba sospechosamente vacío. Como en esa patética escena de “Species”, en la que Forest Withaker (que interpreta a un médium) entra en una habitación llena de sangre hasta el techo, y dice, como si fuera una revelación que nadie más puede sentir, “Aquí ha ocurrido algo horrible”, yo también sabía que esa ausencia de gente no era normal. Y lo sabía porque era Ripley, y dónde está Ripley, hay Aliens.

Efectivamente, al salir del vagón, me encontraba una auténtica carnicería. El tren había parado en un apeadero o pequeña estación de un barrio, y allí no habían dejado a nadie con vida. Lo que me tranquilizaba, a medias, era ver que mucha gente parecía muerta por heridas de bala. Como si el ejército hubiera intervenido y hubiera acabado con la amenaza.

Pero yo era Ripley, y dónde está Ripley, hay Aliens. Yo sabía que eso no había terminado tan fácilmente, y, efectivamente, el primer bicho salía detrás de mí. No me preguntéis como lo mataba, pero acababa con él, y, como en el cómic de Alien vs. Predator, lo descuartizaba con cuidado de que no me salpicase su sangre ácida para hacerme una armadura con su coraza. Porque habría más. Seguro.

Tras un pequeño paréntesis en el que me ha dado tiempo hasta a hacer una lista de los aliens con los que he acabado (por Dios, ¿hasta les ponía apodos y todo?), estoy acabando con los últimos con el sencillo método (qué sencillo parece todo en los sueños) de improvisar un lanzallamas con las tuberías de gas del edificio. No veáis como ardían los malditos, sobre todo los pequeñajos que llevaban poco tiempo fuera del cuerpo humano.

Claro, nada es perfecto, y mi lanzallamas improvisado fallaba a veces, pero en general los iba manteniendo a raya. Además, empezaba a unirse gente en mi ayuda. Gente de los alrededores que iba viendo lo que pasaba y quería acabar con ellos también, o gente que simplemente pasaba por ahí. También había gente estúpida, por supuesto. No sería una buena historia de Aliens sin alguien que apoyase al bicho. Como un grupito de estúpidos adolescentes (a ver, es un cliché. En las películas, los adolescentes en manada siempre son estúpidos) que llevaban un doberman alien y no me dejaban matarlo, hasta que el bicho se volvía contra ellos, claro. Entonces me pedían ayuda, pero era tarde para salvarlos a todos.

Luego aparecen un grupito de negros, entre ellos Chris Tucker (ayer mismo vi empezar una película cutre de terror protagonizada por él, así que imagino que por eso lo metí en mi sueño). Vienen con cierta chulería y me dan mala espina, así que decido ponerles bajo vigilancia. Si dan muestra de estar contaminados, acabaré con ellos sin compasión. Y efectivamente, ante la menor muestra de amenaza, les cambia la cara como a los vampiros de Abierto hasta el amanecer, muestra inequívoca en mi sueño de que llevan un Alien en la tripa. Así que lanzallamas con ellos. Esto empieza a parecerse al Thriller de Michael Jackson.

El último grupo son unos estudiantes de medicina. Muy en plan anuncio de Coca Cola. Vienen a ayudar, pero yo ya no me fio de nadie, y hago bien, porque una de ellos me dice en plan bruja malvada del este que no conseguiré acabar con ellos nunca, y que además no puedo distinguir quienes están contaminados de quienes no. Empiezo a sentir un cansancio inmenso, a darme por vencida...

Pero entonces otra de ellas salta a un parapeto, y de la falda hippy que lleva saca una ametralladora, y dice que ella no se rinde, y empieza a disparar, y yo me uno a ella, pero eso ya es una pesadilla, porque son demasiados, y se reproducen como zombies, y yo ya no sé si eso es Aliens, Resident Evil o qué, solo se que cuando abrí los ojos y vi que solo quedaban cinco minutos para que sonase el despertador, por una vez, lo agradecí... volví a cerrar los ojos, y seguí disparando hasta la hora de levantarme...

4 comentarios:

Han Solo dijo...

Yo un dia soñe, que veia como me perseguía Jason Vorhees. A ver, meeexplico: Yo estaba de bajo de un coche, porque me escondi, ya que Jason me estaba persiguiendo. Pero, es que desde ahi, vi como Jason seguia persiguiendo a alguien... que era yo
Jolin. ¿alguien me lo puede explicar?

Nicasia dijo...

Me encantan tus sueños. Aunque yo hoy no me he quedado corta porque seoña que estaba en mitad de un examenes de las oposiciones, entonces sacaba la espada de He Man y empezaba a librarme de la competencia, Juauauauauauauauauaua

Sonia dijo...

Juan Pablo, lo del desdoblamiento en los sueños es normal, a mi me pasa muchas veces, con lo peliculeros que son mis sueños, en muchos soy a la vez protagonista y espectadora. Es parte del encanto...

Lilith, me encanta tu sueño... Lástima que quedaría feo hacer lo mismo en la vida real, yo tengo por ahí unos rivales en un traslado que... en fin... mejor me callo no les pase algo y piensen que he sido yo...

Han Solo dijo...

que lo piensen ¿tiene alguna prueba?

 
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