lunes, 21 de julio de 2008

ZARAGOZA, ZARAGOZA TIENE TREN...

... y ahora va a tener tranvía...

He leído que han dado ya el pistoletazo de salida al proyecto de tranvía para Zaragoza. Tenía la loca esperanza de que algo lo detuviera, pero no aprendo...Cuando a los políticos se les mete algo entre ceja y ceja, por descabellado que sea, estamos perdidos. Y si algo he aprendido en todo el tiempo que llevo sufriendo los diversos equipos que han manejado esta ciudad, es que da igual de qué color político sean, izquierdas o derechas, todos cojean de lo mismo. No miran qué es lo que más conviene a la ciudad sino quién les deja más beneficio, y nos envuelven en obras e infraestructuras no solo innecesarias, sino que van a empeorar la situación de la ciudad, sin tener en cuenta la opinión del pueblo.

Curiosamente la única alcaldesa que recuerdo que no hizo nada especialmente desastroso para la ciudad (aparte de recaudar muchas multas en la prolongación de Gómez Laguna, hasta el punto que yo llamaba a esa calle “El cobrador de la Rudi”) fue Luisa Fernanda Rudi, cuyas principales actuaciones fueron embellecer la ciudad con farolas de aspecto decimonónico y floreros por doquier. Yo entonces la tachaba de maruja, pero sinceramente, fue el mal menor.

Inolvidable fue la actuación de su sucesor (del mismo partido político) con el Paseo de la Independencia. Se empeñó en hacer un parking subterráneo cuando todos las voces decían que en esa zona era imposible porque estaba llena de restos arqueológicos. Todo el mundo decía que había cosas más urgentes que hacer en la ciudad que remodelar un paseo que estaba en perfectas condiciones. Pues le dio igual. Abrió, excavó, como efectivamente había restos arqueológicos tuvo que anular la construcción del parking, cerró y remodeló a su (horrible) gusto y supongo que se embolsó la comisión correspondiente por parte de la empresa que hiciera las inútiles obras.

El grupo en cuestión amenazaba con mover la Romareda de su sitio y hacer montones de viviendas. Sabía que si conseguían eso, con el boom inmobiliario de hace unos años, la calle Eduardo Ibarra, donde aparcaba la mitad del barrio que no tenía garage y todos los trabajadores del Servet y otros servicios de la zona, se recalificaría y se usaría para construir mas casas. Así que me alegré de que en las siguientes elecciones fuera elegida la oposición.

Y me dio lo mismo. Se empeñaron en convertir esa calle, ancha, práctica, en una plaza peatonal (con un parking subterráneo debajo, por supuesto). Aún estoy intentando comprenderlo. Veamos. La Romareda es un barrio residencial en el que de hecho ya no hay ni actividades populares como había años ha para el Pilar. Así que una zona peatonal, relacionada con lugares turísticos o comerciales, no tiene sentido. Además, es un barrio en el que no todas las casas tienen garaje, y las pocas que lo tienen, como la nuestra, no tienen para todos los coches ya que son de una época en la que no todo el mundo tenía coche (en nuestro edificio, para unos 160 pisos, habrá como 60 plazas de garaje en total, sin ir más lejos). Así que mucha gente usaba esa calle para aparcar su vehículo, derecho que creo que nos otorga el pagar el impuesto de circulación. Además, durante la jornada laboral allí aparcaban también los vehículos de los trabajadores y visitantes del hospital Miguel Servet. Vamos, que su argumento de que esa calle solo se usaba los días que hay fútbol era un poco peregrino. No había más que ver los problemas que nos ocasionaba los miércoles y los domingos la instalación del rastrillo. El cual, por cierto, fue desplazado con la promesa de volver cuando la plaza estuviera terminada, cosa que obviamente es mentira. ¿Por qué? Pues porque ahora que la plaza está terminada está claro que desde el primer momento estaba diseñada para que no volvieran... No hay espacio para ellos, ni para ninguna actividad decente, en realidad, que podría ser el único atractivo que dicha plaza tuviera.

La plaza, que una vecina muy bien engañada me dijo un día “¡Ay, con lo bonita que va a ser!” es FEA bajo cualquier punto de vista: fría, de cemento, dura, con unos incomodísimos bancos de cemento sin respaldo que están luchando por cambiar, árboles raquíticos y moribundos porque ya es la tercera vez que ponen árboles nuevos (apenas les ha dado tiempo a crecer a los que plantaron para el Mundial de Fútbol allá por el 82, después de sobrevivir a los despiadados ataques de los “hooligans” del fútbol que en su euforia los arrancaban y desgajaban después d elos partidos), estanques que tienen que vaciar cada dos por tres porque siempre tienen averías y que están puestos de tal manera que cualquier persona despistada se podría caer en ellos (sin contar con que se llenan de plásticos y porquería constantemente, cosa de la que en su día culpaban al rastro, y que nos han demostrado claramente que no, que es simplemente culpa de lo GUARRA que es la gente en el barrio), farolas torcidas para producir un supuesto “efecto bosque” y que más bien parecen cerillas, que además gastán más e iluminan menos que las que había antes, y por último, y mi favorita: la ridícula (y seguro que carísima) estatua del medio, “Monumento al rollo de papel higiénico” como bien la bautizó Josema.

En cualquier caso, tengo comprobado que toda actuación urbanística pasará siempre por discriminar al conductor medio que tiene que ir con su coche a trabajar o dejarlo en su casa por la noche. Ya antes de la maravillosa plaza, se dedicaron a quitar plazas de aparcamiento en el barrio con la excusa de hacer un carril bici. No tengo nada en contra del carril bici, es más, me parecería genial que lo hubiera en TODAS las calles y que la gente LO UTILIZASE. Pero cuando ves que quitan carriles al tráfico para hacerlo, aunque la acera sea lo suficientemente ancha para ponerlo en la acera, o que quitan plazas de aparcamiento por que sí, y que luego, los ciclistas, van por la acera o por la calzada, teniendo el carril al lado, derribarías a los ciclistas de un bofetón y luego destrozarías el carril bici con un martillo percutor. ¡Cuantas veces he tenido que esquivar a un ciclista con el coche en la plaza del Emperador Carlos V, en los dos estrechos carriles que han dejado de los cuales uno a menudo está ocupado por algún coche mal aparcado, porque el señorito decide que NO QUIERE usar el carril bici!

Y encima te dicen que no están obligados a ello, y no sé si es verdad o no, pero me pregunto, si los conductores estamos obligados a usar la calzada, y los peatones la acera, cuando los ciclistas tienen carril bici, ¿no deberían estar obligados a usarlo? Es que otra opción es, simplemente... subrealista...

Y con esto llegamos al tema con el que abro el post... El tranvía.

Quieren hacer una linea de tranvía que atraviese la ciudad, y por supuesto empiezan por nuestro barrio, donde maldita la falta que hace porque hay todos los autobuses del mundo y alguno más. Iría desde Valdespartera (barrio completamente nuevo, donde se podría excavar una línea de metro perfectamente) hasta la Plaza Paraíso, atravesando la Gran Vía y Fernando Católico, antaño grandes avenidas a las que poco a poco se les ha ido recortando carriles y ahora tienen sólo dos en cada sentido, uno de los cuales normalmente está ocupado por el autobús de línea. Así que está claro que si ponen tranvía, cerrarán esas avenidas al tráfico. Un carril para el tranvía, y otro para el autobús. Y el tráfico abundante que tienen dichas calles se desviará a las pequeñas callejuelas que las rodean, lo cual demuestra de nuevo la sagaz inteligencia de los responsables de esta ciudad. ¿Para qué permitir que los coches vayan por las grandes avenidas? Evitemos los atascos impidiendo que entren, así los atascos se formarán en otras partes. Sin contar la dificultad a la hora de circular... no es lo mismo ir a un sitio por una avenida hasta que tengas que tomar callejuelas secundarias, que buscar tu ruta entre pequeñas calles de sentido único... y no digo nada de la gente que venga de fuera, que no es lo mismo ir al Pilar por una avenida todo recto, que tener que organizarte con el mapa o el GPS por las callejuelas colindantes.

Vamos, una jugada maestra de las mentes pensantes de siempre.

Aparte que sigo sin entender las ventajas del tranvía. Zaragoza necesita metro. Metro del que va bajo tierra, al menos en la mayor parte de las zonas, para que no le afecte el tráfico, y sea rápido y eficaz. El metro comunica zonas en espacios muy cortos de tiempo, es mucho más fácil orientarse porque sabes perfectamente en qué parada te subes o te bajas (no como en el autobús o el tranvía que tienes que fijarte en las calles) y mientras lo esperas no te afecta que haga frío o calor. El metro es mi método favorito de transporte en las ciudades que lo tienen, y nunca he entendido porque en Zaragoza no lo hacen... no, no me vengan con la excusa de que hay filtraciones de agua por el Ebro. Ámsterdam y Estocolmo están cuajadas de agua y canales y tienen metro. Por Londres pasa el Támesis (que es como siete Ebros uno al lado del otro) y el metro pasa hasta por debajo. SE PUEDE hacer metro en Zaragoza.

Pero no les da la gana. Supongo que la compañía que ofrece el tranvía les da más dinero. No lo sé.

En nuestro barrio, sólo se opone al tranvía el PP. Es el único partido político que hoy, que está en la oposición, maneja los mismos argumentos que yo (por supuesto, cuando esté en el poder cambiará de idea que ya sabemos de que pié cojean TODOS los políticos). Tiene narices que yo que soy más de izquierdas que de derechas esté de acuerdo con ellos. Si lo llego a saber, les voto. Aunque a saber que habrían hecho de estar en el poder.

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