miércoles, 11 de junio de 2008

COMO AGUA DE MAYO


Maldita lluvia, maldito Madrid, cantaba Jaime Barella en una canción que tenía grabada de la radio años ha en mi casette favorita, aquella que me dejé en un radiocassette en casa de mis primas de Madrid porque, claro, como era mi favorita, la puse para que la oyeran, y cuando estábamos a 500 metros de su casa volviendo hacia Zaragoza me di cuenta de que nunca la sacamos del aparato. A pesar de que les pedí a mis padres dar media vuelta y recuperarla, me dijeron que daba igual, que ya me la guardarían mis tíos para la próxima vez que me vieran.

Nunca la recuperé, y con ella se perdieron canciones como esa, que nunca he vuelto a oir en ningún sitio. Quizás no sean gran cosa, pero son parte integrante de mi adolescencia, y el no recuperarlas en cierto modo, las hizo más valiosas.

En cualquier caso, estos días me acuerdo de esa canción constantemente. “Nunca llueve a gusto de todos”, dice el refrán, y mil refranes más, incluido esa frase hecha con la que titulo esta entrada que dice de las cosas muy deseadas que se esperan “como agua de Mayo”.

Yo estoy hasta las narices de agua de Mayo. Y de Junio, por que ya llevamos 11 días de mes lloviendo casi sin parar. Esto no es normal. A ver, vivo en una ciudad de secano. Por mucho que la gente nos envidie el Ebro que pasa por nuestra ciudad, es un hecho (digan lo que digan los medios informativos) que dicho río puede cruzarse andando en verano. Que el calor aquí es aplastante y la lluvia, un fenómeno meteorológico poco frecuente que, cuando se da, como mucho dura dos o tres días, de los cuales uno llueve de verdad y los otros solo está nublado o, como mucho, lloviznea.

Entonces, ¿qué está pasando? ¿Será verdad lo del cambio climático? – Pero, ¿no decían que el cambio climático iba a ser a calor, a desierto, a sequedad? ¿O es que el cielo quiere llevar la contraria? ¿O será por la Expo del Agua, que ha invocado a su elemento para celebrar el acontecimiento? ¿O será, como me dijeron, que los años de sequía la gente reza para que llueva, y como luego se olvidan de rezar para dar las gracias, la lluvia no deja de caer hasta que se convierte en inundación? ¿Será cierto que, como decía mi abuela Elisa, en el cielo hay un santo que siempre pide más?

No lo sé, pero yo estoy hasta lo que no tengo de lluvia. Ya no me vale el argumento de “hacía falta” o “es bueno para las plantas”. Y una m. Las plantas se están ahogando. Mi cactus agoniza. Empieza a hacer un calor húmedo, pegajoso y desagradable. No quiero un país verde y exuberante pero con el cielo siempre gris como el de los ingleses. ¡Por Dios, que alguien pare la lluvia ya!

Seis semanas seguidas lloviendo. Que alguien me corrija, pero en toda mi vida nunca he visto algo así en esta ciudad....

1 comentarios:

rubén dijo...

http://es.youtube.com/watch?v=oG3CXVg-C6U

De nada.

 
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