jueves, 29 de noviembre de 2007

SOÑANDO CON LARA CROFT

Pues eso… El sueño de hoy ha sido otro de esos sueños intensos en los que una no se quiere despertar. Y ha sido gracioso por los giros argumentales. Empezaba como una partida de la PS2 a un juego cualquiera de Lara Croft. Supongo que era Leo el que jugaba y yo lo veía como una película porque a pesar de la acción era relajante. Y además, quien quiera que jugase se lo sabía de memoria porque no cometía ni un error.

El problema era que al final de la fase, Lara montaba una especie de bomba atómica precolombina metiendo unas bonitas esferas brillantes en un dispositivo que había en unas ruinas en lo alto de una montaña. La bomba explotaba, ella esquivaba la explosión poniéndose a cubierto, y como si nada… Y eso hasta en sueños me chirriaba, porque la explosión, os lo aseguro, era de órdago. Así que mi subconsciente decidía recapitular… y hacíamos un replay de la escena – esta vez, Lara llevaba un traje anti-radiación…

No sé, debía decir mi cerebro… La cosa sigue sin cuajar. Que hablamos de una bomba atómica, leñe, no de un cartucho de dinamita de los del coyote… Así que replay otra vez!!. Esta vez vamos a hacer las cosas bien, y como los Aztecas, los Incas o quienes fueran eran muy listos (por eso se me hace tan extraño que un grupo de brutos españoles los exterminásemos, pero en fin), al ladito de la bomba hay un refugio nuclear en el que le da tiempo a refugiarse a nuestra Lara antes de que la bomba estalle. Esta vez sí, mi cerebro da su beneplácito, y la partida (o el sueño) puede continuar.

Lara se apoltrona en el refugio. Qué ha conseguido con la explosión, no lo sé, la partida estaba empezada, pero al poco aparece uno de sus amiguetes, un bombón despeinado al estilo del que salía en la segunda parte de la peli (Espartaaaaa!) y le dice que ha venido a buscarla con la moto para bajarla al campamento base, que se ha abierto camino a un valle perdido con dinosaurios y tal (ahhhh, para eso sería la bomba pues, qué listos estos precolombinos).

Y a mitad de camino el sueño cambia de golpe y ya no son Lara y su noviete, sino Leo y yo los que vamos a un rudimentario campamento en dicho valle, y ya no vamos en moto sino en Jeep y bien pertrechados… No parece haber peligro inminente de T-Rex o velocirraptores psicópatas, pero yo veo como en el mismo camino de tierra por el que va el jeep una pareja de carnotauros o giganotosaurios, tamaño perro grande y sospechosamente “plasticosos” (vamos, sacados claramente de la imagen mental de los dinosaurios de juguete de Leo) se descuartizan mutuamente rodando por el barro; y cuando llegamos al claro entre arbustos donde nos espera mi madre, eso está cuajado de dinosaurios en miniatura, tamaño casi de insecto (como mucho 1,5 cms. de largo, sin exagerar), mansos y encantadores, que se pasean por mi mano si los cojo como una mariquita, y que también tienen un extraño tacto y aspecto como de juguete, pese a que no hay duda de que están vivos. Es como un paraíso. En mitad del claro, incluso hay un nido con dos cardenales, esos preciosos pájaros negros y rojos, bueno el macho, la hembra es de colores más claros, y ahí están los dos, en su nido, mientras pululamos a su alrededor, como si nada, y mi madre me los enseña orgullosa, ¿has visto qué bonitos?

Pero algo no me cuadra. Como en las pelis cuando dejan de cantar los pájaros, aquí también hay algo extraño. El cardenal macho está quieto. Vivo pero quieto, y su ojo izquierdo, el que veo desde donde estoy, está legañoso y pitañoso… Ese animal está enfermo, muy enfermo… Me da muy mala espina… (y el plano del ojo purulento y asqueroso se va agrandando en mi mente, que mis sueños son muy cinematográficos…)…

Cuando en ese punto, suena el despertador y me arranca literalmente de ese paraíso onírico. ¡Mierda, otra vez a trabajar! ¡Prefería quedarme a averiguar porque tenía el cardenal el ojo pitañoso!

lunes, 26 de noviembre de 2007

REFLEXIONES DE LUNES

Odio los lunes. Da igual que me acueste pronto o tarde, me levanto muerta de sueño. Hoy he dormido como un auténtico tronco, me acosté antes de las 12 (o sea, que he dormido más de 7 horas) y aunque a las 6 he oido la señal horaria de mi reloj y me ha despertado, con las mismas me he dado media vuelta y me he quedado seca. Como dice Josema, a los 5 minutos ha sonado el despertador de verdad. En realidad ha pasado una hora, pero yo ni me he enterado. Y es que encima estaba soñando que Featherfall (una tienda online canadiense que lleva Uneide/Apis, una chica sudamericana encantadora) hacía una oferta y vendía los Pipos Curo, un muñequito de 25 cms. que es un conejito adorable, a 150 dolares durante una hora!!! El muñeco en cuestión vale 310, así que la oferta era cojonuda, y yo me veía hablando en persona con ella (como si ella estuviera estudiando aquí en España) y preguntándole a que hora, hora española, era el evento “A las 6 de la mañana”, me decía, y cómo podía participar porque no me lo perdía. A pesar de los muchos gastos en kekos que llevo, y es que una oferta así, era un crimen perdérsela.

Por eso me ha sabido a cuernos despertarme.

El pobre Josema, por su parte, dice que ha dormido fatal esta noche. Casi todas las mañanas dice lo mismo, ya que cuando Leo duerme con nosotros (y lo hace siempre que está en casa) no le deja dormir. Pero hoy estábamos solos así que he llegado a la conclusión de que el pobre no tiene remedio, tiene el sueño ligero, problemas de asma, y duerme fatal. Ay, qué pobre…

Luego mi segundo momento favorito del día – de camino al trabajo. Hoy parece que habían soltado a todos los psicópatas, tortugos y despistados del día por mi camino. La de semáforos en rojo que me he comido por tener dormido al de delante o porque el autobús de turno ha parado sin avisar. Llego hartita de coche, de verdad.

Eso sí, hoy en la radio, en el programa de “No somos nadie”, han pedido en SMS frases que le levanten a uno el ánimo. La verdad es que nunca me paro a enviarles nada, primero porque desde el coche no puedo, pero además es que paso de pagar 60 ctms. por el mensajito; pero siempre pienso en qué mensaje les mandaría. Y hoy he pensado que a mí, frases, ninguna. Pero una sonrisa de mi niño, de mi Leo, me llena de energía para una semana… Y es que el chico es el centro de mi universo, lo más maravilloso que me ha pasado en la vida, aunque suene a topicazo, y a veces me parece que tanto amor es antinatural, que tiene que ser algo químico u hormonal porque no hay razón lógica que lo explique. Pero me da lo mismo. Ayer nos sorprendió cuando, al intentar explicarle en el coche las teorías del color (colores básicos, colores complementarios, la diferencia entre la luz y la tinta, etc), voy y le añado “Además de eso están los colores de la tele en color, que son diferentes” Y me dice todo serio “si, el rojo, el verde y el azul, lo vi en el canal Historia el otro día”.

Y que orgullosa me sentí, Dios mío! Como cuando juega y tararea “Eye of The Tiger”, “Escuela de Calor”, “American Pie” u otras canciones que no tienen nada que ver con lo que escuchan los niños de su edad. O como cuando sale llorando del colegio, como el viernes, y yo me siento a su lado, y hablamos, y con un poco de conversación y un abrazo se nos pasa todo.

Así se explica que el año pasado, cuando casi le perdemos por una meningitis, yo sintiera que me desgarraban el alma. Supongo que eso explica también porqué mi madre cada día está más histérica, pero vamos, se pasa muy mucho. Ahora está empeñada (bueno están empeñados los dos, en plan “folie a deux”) en que el niño tiene apneas del sueño. Cosa que con mi capacidad para dormir como un tronco, no puedo confirmar. Pero que no me acabo de creer, la verdad. Aunque al final, claro, te meten miedo, y voy a tener que poner un vídeo o algo para confirmarlo….

sábado, 24 de noviembre de 2007

COSAS QUE NO ENTIENDO

Que son muchas… Pero principalmente no entiendo que la gente sea tan estúpida y tan insolidaria. Hay una cosa en mi casa que me revienta especialmente. Mucho. Me pone de malhumor durante un buen rato. Y es que la gente utilice el ascensor que baja al garaje (el único medio de acceso al mismo, ya que no hay escaleras que conduzcan allí) para subir o bajar a la planta calle, habiendo otro ascensor disponible, que no baja al garaje, y que se pasa la vida muerto de risa sin que nadie lo utilice.

Pero la gente lo sigue haciendo. Y ya era molesto con los ascensores antiguos, en que si alguien lo cogía, marcaba como “ocupado” y ya no quedaba libre hasta que no terminaba el trayecto. Pero entonces tenías la bendición de la ignorancia, chico, y como solo podías imaginarte a dónde iba el ascensor, no te podías enfadar de verdad.

Ahora los ascensores funcionan al estilo Hotel u hospital. Esto es, paran en todos los pisos en los que marcas. Si eres tan cenutrio (como la gente en los hospitales) para marcar los dos ascensores a la vez, o marcar tanto a la tecla de subir como a la de bajar, paran las dos veces. Y por supuesto, aunque tú lo llames primero, si lo llama alguien más y le pilla de paso, te toca compartir el ascensor – cosa incómoda en ascensores pequeñitos de vivienda, la verdad, aunque reconozco que ahorra tiempo.

Y te permite conocer al enemigo.

El otro día el candidato al premio de subnormal del día fue un chaval joven, que cogió el ascensor en el 4º o 5º piso, y que tras recogerme a mí en el primero, se bajó en la planta baja. Qué triste, yo 4 pisos no los subo, pero los bajo andando sin dudar.

Pero es que el de hoy se ha ganado el premio no del día sino del año. Aparte de hacer una maniobra similar, cuando ha parado el ascensor en el primero para recogerme a mí, se ha empeñado en bajarse. La gente con un coeficiente intelectual de dos cifras suele enterarse solo al abrir la puerta y ver que está en un rellano de la escalera y no en el recibidor, pero incluso en caso de despiste, si la persona en la puerta te dice “Estamos en el primero”, lo normal es reaccionar. Éste seguía, empeñado en bajar y empujándome (debería haberle dejado, la verdad), así que le tuve que insistir varias veces “¡¡¡Que no es la planta baja, que es el primer piso, que ha parado para subir yo!!!”, hasta que la información se ha arrastrado trabajosamente al interior de su estrecho cerebro.

Pobre hombre. Imagino que lo tenía quemado de tanto fumar. A las 7,30 de la mañana y ya iba con el cigarrillo en el ascensor (si no le da para leer la planta, por supuesto tampoco para leer los carteles que prohiben fumar en los ascensores, aparte que los psicópatas maleducados de turno ya los han arrancado, como si quitarlos quitara también la ley que lo prohibe – pero bueno, algún día escribiré sobre los fumadores en general y su mala educación). A menos que al verme subir se haya puesto muy nervioso precisamente por el hecho de ser fumador y quisiera bajarse a toda costa, que todo puede ser. Bueno, a lo mejor así coge el otro ascensor a partir de ahora.

Que no sé lo que le costaba esperarse dos minutos y encender el cigarrillo en la calle, la verdad, que fumar en un espacio de menos de 1 metro cuadrado es de masoquistas.

MARTITA

Martita…. Martita es como de la familia. Como un pariente un tanto indeseable que siempre da que hablar, pero que tienes que soportar porque no puedes deshacerte de él… Solo que no es un familiar…

Martita es la inspectora de Aduanas de la Aduana postal de Zaragoza.

No hay nada peor que saber el nombre de la gente, porque entonces personalizas, y de pronto, se convierte en alguien familiar.

El apellido de Marta lo tengo en algún sitio, en algún correo más o menos amistoso que me ha mandado, pero dado el número de veces que nuestros envíos han chocado con ella, al final la hemos rebautizado simplemente como Martita. Cariñosamente, por increíble que parezca. Porque al menos yo, soy consciente de que aunque odie profundamente que me retenga los paquetes de correos, la verdad es que solo cumple con su trabajo. Como dice Alba, tenemos la mala suerte de tener un funcionario eficiente…

Yo la he visto un par de veces, y en este momento soy completamente incapaz de describirla. Pero como el subconsciente es como es, esta noche he soñado con ella. Ni siquiera puedo asegurar que la chica de mi sueño fuera igual que la Martita original, pero en mi sueño, era ella. Como estoy esperando el paquete de DoD (que espero que no sea muy grande) y seguramente hoy recibiré, o bien el paquete, o bien la temible carta amarilla, hoy en mi sueño por algún motivo me encontraba con ella en persona, y le preguntaba por mi paquete, ya que en dos semanas me ha retenido dos. Ella me decía que ya estaban hechos los papeles y enviada la carta, porque también lo había retenido, y que además no se podía volver atrás, y yo ya me derrumbaba y me echaba a llorar, y le preguntaba que qué tenía ella contra mí, si yo siempre había dado pocos problemas, que no era justo que hubiera ciudades en las que no retuvieran absolutamente nada, y que entendía que me retuviera algunas cosas pero que todo ya me parecía manía persecutoria, y que no era por pagar, sino por el retraso en tres días, y le contaba con pelos y señales como se desarrollaba el retraso… En fin, un drama que a mi misma me parecía patético incluso aunque lo montase yo, aunque no podía evitarlo, pero que al parecer surtía efecto, se le ablandaba la cara y con una sonrisa me decía que fuera con ella y que haría lo que pudiese. Por supuesto, en ese agradable momento del sueño me desperté (mierda), y aunque no era hora de levantarse, y me volví a dormir, pues el resto de los sueños (en uno de los cuales me veía casada con un compañero de trabajo que la verdad, ni por el físico ni por el carácter, pero curiosamente en el sueño me decía a mi misma que parecía increíble que estuviera tan a gusto con él – puaj -, y en la puerta de enfrente vivía Teresa con sus dos críos…) no tenían tanta chicha.

Y un pequeño comentario medio relacionado, más que nada porque habla de BJDs… Hoy mi compañera de trabajo Arantxa ha sacado la cartera, y me ha parecido ver en ella una foto familiar así que le he dicho que me la enseñara y ¡sí! Tenía impresa (la cartera) dos fotos de Superdollfies, ¡qué gracioso! Ella por supuesto ni sabía lo que eran pero a mí me ha hecho una ilusión de lo más tontuna que diría nuestra amiga Elena…

CHIQUILLADAS - O HASTA LOS MISMÍSIMOS DEL TRABAJO

Hablaba el otro día de gente inmadura que se monta películas y se enfada contigo sin motivo. La verdad es que es una actitud estúpida e infantil que creía solo se daba entre gente estúpida e infantil. Y, bueno, supongo que ser todo un señor facultativo con años de trabajo en un hospital no impide que seas estúpido e infantil… pero te sorprende…

No niego que llevo unos días bastante malos en el trabajo. Desde que me han “endilgado” la responsabilidad de gestionar todas las camas del hospital, me como broncas sin sentido dia sí y día también, no puedo cantearme del despacho hasta las 3 y pico de la tarde, acabo de los nervios por el teléfono, y eso sí, me voy siempre a casa con el Sudoku bien hecho y la conciencia tranquila.

Claro que luego llego al día siguiente, alguien ha destorotado todo y me como la bronca de los de siempre, los que no tienen nada mejor que hacer al punto de la mañana que bajar a tocarme las narices (a mí y a medio hospital, que todos les conocen), porque supongo que si no, en su supermegapedestal de medicosdelahostiayosoyDiosporquesalvovidasytueresunamierdecilla, no se sienten realizados. Que me conozco a los de su calaña, y son precisamente los que me hacen avergonzarme de mi profesión.

En fin. Esos los tengo fichados, y la solución es capear el temporal, ignorarlos, y últimamente relajarme destruyendo documentación sensible caducada en la destructora de papel – actividad por cierto que recomiendo a cualquiera cuando esté quemado en su trabajo: es tranquila, relajante, y, bueno, lo que pase por tu mente mientras destruyes el papel puede no tener precio J

Así que el chaparrón de hoy más o menos se me ha pasado.

Lo que intento entender es la chiquillada, porque eso sí que ha sido una chiquillada, de ayer. Veamos. Entre mis cometidos está tomar nota de los ingresos procedentes de urgencias tal y como me los transmite la administrativa que los atiende, a la cual se los transmiten por su parte los médicos de urgencias por medio de un impreso que desarrollamos en Admisión llamado Orden de Ingreso, en el que, siguiendo mi filosofía de preparar las cosas para que las entienda el más tonto (de ahí para arriba, mejor que sobre intelecto que no que falte, digo yo), la especialidad, y por tanto la planta de hospitalización de la que va a depender el paciente, viene como un cuadro de múltiple elección para que no tengan ni que pensar ni que escribir (esto último es muy importante tratándose de médicos XD). Así que los médicos de urgencias sólo tienen disponibles las especialidades que tienen asignadas camas, y si quieren que un paciente sea ingresado, por ejemplo, en Neurología, Endocrino o Digestivo, por ejemplo, que no tienen camas de hospitalización aunque haya especialistas en el hospital, tienen al menos que preguntar, con lo cual nos levantan la liebre.

Bueno, pues ayer para mi sorpresa, me dicen que uno de los pacientes pendientes de ingreso va a la UCI. ¿La UCI? Vale, la UCI tiene camas, pero no está contemplada en el impreso por razones obvias… Cuando un paciente va a la UCI, es de suponer que la cosa es tan grave que no te paras a darle el papel a un intermediario. Además, las camas de UCI normalmente no las gestionamos nosotros – no somos quiénes para valorar la gravedad del paciente sin haberlo visto. Y además, qué demonios, hasta ahora, NUNCA nos habían pedido una cama de UCI.

Dos factores más: Uno, el diagnóstico era bastante absurdo: es poco probable que mandes a la UCI a un paciente por una retención urinaria, y dos, el médico que firmaba la orden, según mi jefe, había estado poniéndome verde por motivos que aún desconozco (al parecer, algo relacionado con la gestión de camas, pero que me aspen si sé concretamente qué gestioné, si es que lo gestioné yo y no fue en urgencias, para que se ofendiera tanto, porque aún no ha bajado a decírmelo en persona – al menos los tocapelotas que nombro antes tienen la decencia de bajar a montarte el pollo a la cara). Así que llamo a la UCI; rezando que esté mi buen amigo y compañero de tiempos de becario Pascual, y hablo con él. Su reacción hasta me asusta, cuando yo sólo le he preguntado a ver si es que a ellos les han dicho algo. Por supuesto que no, y el método, me dice, es ese: que el médico que firma la orden llame a la UCI para que un intensivista baje y valore al paciente (o sea, que yo no debería verme involucrada para nada, y de hecho, nunca me he visto involucrada hasta ayer). Pero es que además ellos han visto a ese médico por el pasillo y no les ha contado nada. Ah, qué bien.

Podríais decir “Quizás se equivocó, y puso UCI en vez de URO”. Hombre, podría ser. Pero como digo el impreso tiene una casilla para marcar si el paciente es de Urología – y ninguna si es de UCI. Así que es poco probable que no lo sepa (porque además hablamos de un médico veterano, no de un novato que es la primera vez que rellena el ingreso) y que coja y escriba de propio URO en la casilla de “OTROS – especificar”. Si a esto le añadimos que cuando pregunté asombrada si de verdad era de UCI, me dijeron por teléfono “Pone UCI-MIVH”, que es la nomenclatura con la que dicho servicio aparece en nuestro sistema informático, mi teoría de no achaques a la malicia lo que pueda explicar la estupidez se cae por los suelos: este señor ha puesto UCI adrede. Con un diagnóstico chorras, y sin pasar por los cauces habituales. Al final volví a llamar a Urgencias, les dije que le dijeran al médico correspondiente que se pusiera en contacto con la UCI, y al poco me contestaron que, “si no podía subir a UCI, que subiera a Urología”. Por supuesto, siempre a través de la administrativa, sin que el médico diera la cara en ningún momento.

¿Y por qué ha montado este señor toda esta tontería? Está claro. De algún modo pensaba ponerme a prueba. Es posible que crea que así me ha fastidiado y se haya regocijado interiormente con la idea de que yo intente ingresar al buen hombre en la UCI a toda costa (cuando siempre pregunto antes de hacer nada, así que para nada lo intenté) o yo qué sé. En cualquier caso, su mentalidad de crío inmaduro de 4 años le ha hecho pensar que semejante gilipollez era una buena venganza para la afrenta desconocida que yo le he causado con mi supuestamente mala gestión de camas.

En vez de venir y contarme el caso a la cara.

¿Qué ha conseguido en realidad?

a) Que ayer perdiera un poco más de tiempo, es verdad, pero a la vez que aprendiera exactamente el funcionamiento de los pacientes que van a la UCI, con lo cual no me volverá a ocurrir nada parecido.

b) Que no tenga ni puñetera idea de cual es el error que supuestamente cometí, con lo cual ni puedo solucionarlo, ni aprender de él para que no suceda otra vez (actitud inteligente la suya, ¿ein?)

c) Y por último, que este señor pase a mi lista de gilipollas redomados y probados en el hospital, la lista de la gente en cuyas manos no me pienso poner ni de coña en caso de necesidad y a los que quizás no les niegue el saludo, pero si se trata de perder el culo por hacer un favor a un facultativo u otro, acaban de quitar bastante peso a su lado de la balanza. Si entendéis lo que quiero decir (como me pasa con el tocapelotas de las mañanas, que antes perderé el culo por los que no se quejan ni me dan guerra que por él, sintiéndolo en el alma y por mucha razón que tenga).

En fin… *suspiro* - Hay gente que no tiene remedio…

viernes, 23 de noviembre de 2007

HA MUERTO FERNANDO FERNÁN GÓMEZ

(Noticia relacionada)

No soy ni he sido nunca especial fan de este hombre, pero me ha gustado su trabajo y, pese a su grosería, tenía ese algo que tienen muchos famosos que hace que te caiga bien. Que digo yo, porque le daré tanta importancia a que me caiga bien o mal gente a la que ni conozco ni conoceré, de la que solo me forjo la imagen que dan en los medios de comunicación… pero mira, se la doy, y hay gente que me apasiona, gente a la que no soporto y gente, como este señor, que me caía bien.

¿Y por qué?

Bueno, en general por sus películas, sobre todo las antiguas (me acuerdo cuando mi madre me recomendó encarecidamente “El Fenómeno” y lo que me reí cuando marcaba un gol con el culo), o sus papeles como el del maestro en “la Lengua de las Mariposas” (película en la que solo le disfruté a él, porque era horrible y deprimente como mucho del cine español sobre ese tema) o en “El Abuelo”, en la que me recordaba al mío propio (tenían una voz profunda y sensual muy parecida).

Pero lo que me hizo valorar muchísimo a este hombre fue un comentario, algo que a lo mejor ahora no tiene ni relevancia, porque no he seguido su vida privada ni me interesa especialmente e igual luego se divorció. Pero en su día, tras muchos años conviviendo con la actriz Emma Cohen (¡Caponata!) sin casarse con ella ni na, de pronto tuvo un jamacuco. Probablemente como el que se lo ha llevado hoy a la tumba, pero en ese momento sobrevivió. Aunque se debió dar un buen susto. Y se dio cuenta de que un día, como todos, moriría. Y entonces llamó a Emma y se casó con ella en el mismo hospital. Para que si le volvía a pasar, ella tuviera sus derechos como viuda, y no como “la cualquiera que vivía con él”. Qué gran detalle.

Porque a mí me parece una tontería todo esto de las parejas de hecho y demás. Que no quieren firmar papeles. Por favor. Luego bien que quieren firmar herencias. ¿Qué más les da dejar constancia de que han decidido compartir sus vidas y formar una familia con otra persona en el juzgado, en la iglesia o donde sea?. Estamos con lo de siempre, la gente quiere derechos pero no obligaciones….

Pero vamos, que tampoco me quiero poner reivindicativa. Es que me gustó mucho ese detalle.

Y es que tarde o temprano todos tenemos que morir. Y me jode pensar en ello, para que lo voy a negar. Yo no quiero morir. Me gusta mucho la vida y todo lo que conlleva, y pienso morirme como mi abuelo Rafael, muy vieja, muy sana y de repente y sin ruido. Lo que pasa es que últimamente hago cuentas y, mierda, ya llevo cuarenta años de vida y la gente tiende a morirse entre los 80 y los 90, y eso significa que estoy casi en la mitad… Y si en esta mitad aún no he hecho la mitad de las cosas que quiero hacer en mi vida… lo tengo crudo.

Así que decidido, tengo que vivir otros 80 años más. No hay opción.

EL SUEÑO DEL DÍA

Siempre me ha gustado escribir mis sueños, pero la verdad es que cada vez tengo menos tiempo… y se esfuman y se me escapan, y me sabe a cuernos…

Hoy he tenido uno de esos sueños raros pero reales. De esos que te joroba que suene el despertador y los interrumpa, no porque te lo estés pasando bien ni nada por estilo, simplemente porque son tan vívidos que cuando suena el despertador te entran ganas de gritarle “¡Pero si ya estoy despierta!”. Pero no lo estás, claro. Lo que pasa es que la transición de dormido a despierto es más dura, como si de pronto te arrancaran físicamente del mundo de los sueños, y te c*g*s en los muertos de quien inventó el despertador…

El caso es que a estas alturas ya está confuso e inenarrable, pero haré lo que pueda… Recuerdo que estabamos con la Cuchipandi, algo del estilo a la escapada del Salón del Manga, y como allí, íbamos al retortero entre varias pensiones. Así que nosotros dormíamos en una, aunque teníamos las cosas en otra (que además estaba en plena montaña) y el Salón era un tercer sitio. No sé porque la gente se iba de dónde estábamos casi corriendo, y yo me entretenía, como obsesiva compulsiva que soy, en revisar que no se nos perdiera nada (estábamos en pleno campo) y al final me iba con mi maleta llena de pelucas y zarrios varios que no eran míos y que no estaba segura de devolver si no me los reclamaban.

Íbamos directos al salón y ahí también estábamos como en un albergue, y también ahí tuve que recoger todo lo que había por medio, y de pronto me daba cuenta de que no habíamos ido a revisar la pensión original (la de la montaña) y esperaba con todas mis fuerzas que Mabel hubiera recogido nuestras cosas….

DESCRIPCIONES

Hace tiempo que quería abrir un apartado para describirme. Bueno, no, miento. Hace tiempo que se me ocurrió que tengo una serie de manías, de pequeños placeres y aversiones, que me recuerdan las descripciones que hacen de los personajes en la deliciosa película Amelie, y he querido desde abrir un post para que la gente escribiera los suyos, hasta, al final, decidir que si tuviera un blog, pondría los míos.

El caso es que ahora para la Aldea Inforol nos piden también que elijamos nuestra “Banda Sonora”, y claro, con la música ha de venir el “¿por qué la has elegido?”… así que esto ya da para una entrada más larga. Si además le añadimos que un día se me ocurrió una frase que definía mis gustos contradictorios, ya tenemos el texto servido.

Empezando:

En una frase: Demasiado pija para ser friki, demasiado maruja para ser pija, demasiado friki para ser maruja. Los que me conocen, creo, estarán de acuerdo, porque creo que realmente no soy ninguna de las tres cosas (como mucho friki, por mis gustos, pero no aparento ser friki para nada), pero tengo ramalazos de las tres especies.

Al estilo Amelie:

Me gusta:
- Poner un trozo de tela suave entre mis dedos y rozar la parte interna de los dedos con él (lo que desde niña he llamado “Tocar tela”). Es hipnótico y superrelajante.
- Chupar el chicle en el paladar como si fuera un chupete y comérmelos de dos en dos
- Mirar los mapas con las salidas de incendios en los lugares públicos y recorrer todos los recovecos de los mismos con la mente
- La nocilla y el colacao en cucharadas directamente del tarro y la leche condensada de tubo directamente en la boca, hasta que me llena las mejillas, y dejar que se vayan disolviendo lentamente en la boca antes de tragarlos.
- Los conejitos de peluche con larguísimas orejas y las cosas en miniatura en general


- Los hombres con flequillo rubio tapándoles un poco la cara
- Los trajes de novia en particular y todo relacionado con las bodas en general (romántica que es una)

No me gusta:
- Los hombres que se depilan las cejas (me ponen terriblemente nerviosa y no puedo dejar de mirarles a las cejas)
- Ese momento horrible, indescriptible, en que suena el despertador, abres los ojos y todavía es de noche, y te tienes que levantar irremediablemente para ir al trabajo
- La sensación de frío al salir de la ducha (en la que me he duchado con agua casi tan caliente que quema)
- Las llamadas de teléfono, particularmente las que son para “hablar por hablar”, y las de la gente que intenta venderte algo y confunde que seas educada con que pueden convencerte. También se incluyen las felicitaciones por teléfono (pasar el cumpleaños aguantando llamadas de la gente que llama “por bien quedar” y respondiendo al teléfono, eso si no te despiertan por la mañana o te j*d*n la siesta, no es precisamente mi idea de un “cumpleaños feliz”). ¡Qué gran invento, el SMS!
- Los atascos para ir al trabajo (yo quiero poder ir andando!!!)
- Los despertadores de repetición (esos que suenan cada 7 minutos si no les das a un botón complicado de encontrar, incluso los domingos) y las básculas parlantes (esas que te dicen hasta con retintín “Ha engordado Vd. 100 gramos”, inventos del demonio, seguro)
- La gente que apreta en los ascensores a la vez el botón de subir y el de bajar, y cuando se suben en un ascensor que va en dirección contraria a la que quieren ir, preguntan con aire gilipollas “¿Ah, pero es que subía?”

Y por fin, la BSO…

Cuando me dijeron de elegir un tema que me describiera, pensé “Que decisión más difícil!” Veamos, me gusta mucho la música. Todo tipo de música. Habría que llenar un disco entero y además en formato MP3, que caben más canciones, para poder poner una BSO a mi vida. Esto en realidad es como lo de ¿Qué tres cosas te llevarías a una isla desierta?, que en mi caso sería simplemente un helicóptero para poder ir y venir a la civilización todas las veces que quisiera. Pero se trataba de sólo un tema, y es curioso porque por más vueltas que le doy, sólo un tema me viene a la cabeza: El Canon de Pachelbel.

Y claro, ahora tengo que explicar porqué. Bueno, pues la principal razón es porque no se me ocurre otro tema. Hay mil temas que me gustan, pero ante la pregunta de cuál es mi BSO, la respuesta que me viene a la cabeza siempre es la misma. Si intento pensar en otro tema, simplemente no parece correcto. Y esa debería ser razón suficiente.

Pero por si no lo es, ahí van unas cuantas razones que se me ocurren, pero siempre al pensar en ellas DESPUÉS de haber elegido la canción, no antes:
- Porque es un tema clásico y antiguo, como yo, pero también han hecho versiones modernas y marchosas, como yo puedo comportarme si es necesario.
- Porque a simple vista es aburrido y repetitivo, pero si lo conoces mejor descubres una gran complejidad, que nunca repite del todo el mismo patrón y que puede ser triste o alegre según el momento. Mmmh, también como yo.
- Y porque durante mucho tiempo pensé que en Cosmos era el tema que acompañaba a ese gran corto que resumía la evolución de las especies en unos pocos segundos, y esa escena ha marcado mi vida…. Ahora al buscarlo en Youtube he descubierto que, como en tantas cosas, estaba equivocada... pero en fin... aquí lo dejo, aunque la música sea otra.



Nota a posteriori: Alba nos enseñó un video en Youtube que demuestra que el Canon de Pachelbel está en todas partes, es como una música “primigenia”. Así que con su permiso, añado ese video a la colección de razones por lo que sería mi BSO particular:






Acaba de venirme a la cabeza la Sinfonía del nuevo mundo… pero tendría que incluirla entera así que prefiero dejar el Canon que tiene todas esas propiedades en un solo tema….

martes, 20 de noviembre de 2007

OTRO MOMENTO DE GLORIA

El lunes le mandé a Chris Holz (australiano, altísimo, encantador, coleccionista de BJDs por culpa de su novia Helene y miembro del grupo Ryung-Soah, ése sobre el cual me preguntó Alba /Arkenaya una vez “¿Es que todo el mundo está en ese grupo?”. Pues va a ser que sí. Todos están en ese grupo, ¿qué pasa?) las fotos que nos hicimos en el Salón del Manga con las tres cabezas de Migidoll Ryu (un día tengo que explicar todo este rollo de las BJDs, por si acaso me lee alguien que no sepa de qué va el tema) que nos compramos Gema, Alba y yo porque nos tenía enamoradas el muñeco de su novia Helene, Corner. El caso es que dijimos que cuando las recibiéramos nos haríamos una foto con las cabecitas y un cartel que pusiera “Esto es culpa de Corner!” (en inglés), y así lo hicimos.

15 días después conseguí que Damián me pasara las fotos (las hizo él con su cámara) y el lunes, como digo, se las mandé a Chris, que es en realidad con quién me escribo. Al día siguiente Helene ya las había puesto en su LiveJournal.

Adoro a estos chicos!!!! Son absolutamente encantadores!!!! Aunque nos llamen Funny Nutty Bunch (que no sé si es un insulto o que….)

jueves, 8 de noviembre de 2007

AYER HIZO DOS AÑOS...

… que empecé a trabajar en el Hospital Royo Villanova. La verdad es que si ayer no hubiera venido (de propio) a felicitarme una compañera cuyo aniversario de boda coincide con la misma fecha, ni me hubiera acordado, ¡¡¡y eso que el año pasado traje bombones para celebrarlo!!! Pero claro, no es lo mismo el primer año que la rutina del segundo, el tercero…

Nunca había tenido un trabajo que durase tanto. Bueno, sí, la beca del Hospital Clínico pero eso no sé si se puede considerar un trabajo (vivía como Dios esos días). Vale. Ahora también vivo como Dios, si excluimos las interrupciones por teléfono cada 5 minutos y el estrés y la sensación de que se les acaba el mundo cuando hay problemas de camas. Por algún motivo siempre consigo capear el temporal, y me voy a casa con todos los enfermos colocados tras hacer el “sudoku” que le llama mi marido… Pero claro, siempre está la espada de Damocles de qué pasará si un día no me sale el puzzle…

Pero en fin, creo que hay una cosa que valorar por encima de todo. A pesar de los madrugones (o quizás gracias a ellos), el insoportable atasco matinal (es lo que más odio de este trabajo), el maldito teléfono y las peleas con ciertos facultativos de cuyos nombres no quiero acordarme, hace dos años que no tengo problemas para conciliar el sueño.

Eso sin contar con que tengo un sueldo fijo todos los meses que me permite este dichoso y carísimo vicio de las muñecas….

Ah, y momentos maravillosos para mi ego como cuando me pidieron encarecidamente que volviera a presentarme al concurso de fotografía del hospital. Guau!

Ahora solo queda que la cosa se consolide y dure. Todavía cabe la triste posibilidad de que a raíz de la OPE me saquen de aquí. Cuando parece que se va a solucionar (al final sacan dos plazas, y parece que mi primer “rival” quiere irse al Servet), aparecen otros candidatos que, por supuesto, tienen más puntos que yo. La parte buena es que al parecer se me valora (al menos así se me ha hecho entender) y me quieren aquí. La mala es que hoy por hoy no tengo ninguna normativa a mi favor: todos los posibles candidatos tienen más puntuación que yo, así que si uno solo pide mi plaza, yo me voy a hacer puñetas. A Calatayud. Que por muy bueno que sea el hospital, maldita la gracia que me hace. A ver si mi buena estrella sigue actuando y vuelve a haber un giro de los acontecimientos a mi favor, como cuando no conseguí la plaza en Teruel y a cambio me dieron esta. El que sea. Por favor…. *_*

LA ROPA DE H&M



Ayer fuimos a comprarle ropa a Leo, que buena falta le hacía. Me gusta comprar en el H&M, porque por menos de 100 euros (de hecho, yo me gasté 85 y mi madre 11) el niño tiene ropa para todo el invierno. La ropa de H&M además es bonita y da bastante buen resultado, no como otras marcas baratas como el Kiabi, C&A o incluso Zara, que sinceramente, deja bastante que desear, al menos para mi gusto. Mi única queja con H&M era que a partir de los 8 años (y dado el tamaño tanto de altura como, sobre todo, de anchura, de mi hijo, ese límite en realidad se rebasó a los 6 años) los diseños de las camisetas y demás ropas pasaban a ser demasiado “de adultos”. Ya no había estampados divertidos ni muñequitos manga en las camisetas. Como mucho, según vi este verano, mucho carácter japones y dragones asiáticos, de los que llenó su guardarropa, apropiadísimamente, para el viaje al país del sol naciente.

Bueno, pues ayer me llevé una gratísima sorpresa. La ropa pre-adolescente del H&M había pegado un cambio radical. Seguíamos con estampados muy “adultos”, pero dios mío, ¡parecía ropa diseñada por Dollheart! (para el profano, uno de los diseñadores de ropas para BJDs o muñecas articuladas de resina asiáticas más carismáticos y rompedores). Una mezcla rapero-macarra-gótica-laenredemosconventanasalacalle que me enamoró. Le hubiera comprado media tienda. Sobre todo los pantalones negros con cadenas, camisas con corbata negra y estampado de calaveras y, oh, Dios mío, lo mejor de todo, un chaleco a rayas con forro de calaveras doradas sacado directamente de la banda de Al Pacino. No cayó simplemente porque la talla le iba justa, y de utilizarlo, lo hubiera utilizado el año que viene para la boda de su tía Ana (quien, por cierto, fue varios años dependienta en dicha tienda). Pero me quedé con el gusanillo y, ¿sabéis qué? El próximo viernes (o sea, mañana) que tenemos comida de trabajo en el Gran Casa, centro comercial donde hay otro H&M, voy a buscar ese chaleco. Y si tienen una talla más – ah, amigo, te has caído. Cogeré el conjunto completo: chaleco, pantalón con cadenas, americana y camisa con corbata. Por si acaso el año que viene no sacan nada tan bonito. Estoy enamorada, qué se le va a hacer…. Y me va a costar una miseria.

 
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